Wonder Woman


Quien diga que estamos simplemente ante otra película de superhéroes se equivoca. Wonder Woman es, por muchas cosas, una película muy diferente y ha de tratarse como tal. No diré que sea la mejor película del universo DC y/o MARVEL hasta la fecha, porque no lo creo así; pero sí que es una buena película.

Si hace unos meses os traje un resumen del universo cinematográfico MARVEL, hoy os traigo una película del universo "de la competencia", es decir, de DC. Éste estudio, de la mano de Warner Bros, no ha hecho bien la tarea últimamente. Batman V Superman fue un fracaso, y eso lo sabemos todos. Peor incluso fue Escuadrón Suicida. Y ahora llega Wonder Woman. Espero que estemos en un punto de inflexión.

Un largometraje dirigido por una mujer y con una superheroína como protagonista no es algo que se pueda obviar. Aunque he leído en otros lados que esto se asemeja a una oda feminista que la sociedad actual se merecía, no estoy del todo conforme. El personaje fue creado hace más de 70 años. Reivindicaba la figura de la mujer entonces y lo hace ahora. No es algo nuevo.

Argumentalmente es bastante sencilla, como todas las películas de superhéroes, si bien tiene matices que tal vez otros largometrajes no tienen. Algo muy positivo es la capacidad que tiene el personaje de Gal Gadot de acaparar todo el protagonismo. Da igual que el personaje esté en un segundo plano en cierta escena, que toda la atención se enfoca en ella. La figura masculina únicamente tiene protagonismo cuando Gadot así lo permite.

La banda sonora es increíble, o a mí al menos me ha gustado mucho. Hans Zimmer es realmente un grande de las bandas sonoras, eso es innegable. Se muy bien que no es el único compositor de la banda sonora, pero sí que es el nombre con más renombre de los presentes.

En definitiva, un posible punto de inflexión o, al menos, un parón en la caída hacia el abismo de Warner Bros con su universo DC.

Los vigilantes de la playa


Los vigilantes de la playa ya no son lo que eran. Lejos queda aquella serie televisiva con poco de humor y mucha acción. Pero cuando ves los grandes protagonistas ya sabes que, más que un homenaje y/o un remake, nos encontramos ante una pseudoparodia.

No voy a negar que Dwayne Johnson me parece un actor muy carismático. Su doble faceta cinematográfica me agrada, ya que es capaz de hacer humor mientras es un actor de acción. Sin embargo, últimamente su humor está rayando la parodia. Dos policías y medio es clara muestra de ello, del mismo modo que lo es la película que hoy os comento y del mismo modo que lo será, o así me temo, la próxima película de Jumanji. De ésta última, se lee que habrá homenajes contínuos al personaje que interpretó Robin Williams y que éste estaría orgulloso del largometraje. Espero que sea así.

De Zac Efron nada tengo que decir. Se podría haber vuelto al anonimato después de High School Musical. O al menos trabajarse menos su musculatura y más su carrera cinematográfica. Tampoco es que tenga demasiadas esperanzas en sus dotes interpretativas, pero le convendría cambiar de registro a no ser que quiera encasillarse como "el musculitos sin cerebro".

Otra cosa que no me gustó nada fue el exceso de escenas accesorias, en las que desgraciadamente en casi todas ellas participaba Jon Bass. No me gustó nada su personaje. Es más, la película podría haberse rodado tranquilamente sin su personaje. Pero claro, el remake de Pam tiene que enamorarse del chico introvertido y fofisano que siempre la ha amado para dar falsas esperanzas a un sector de la población. Es más, no entiendo en absoluto por qué decidieron incluir en el largometraje las escenas de la tumbona y la ducha.

Dejando a un lado los ataques, el argumento me pareció entretenido. Los gags de risa fácil tampoco entorpecieron demasiada la evolución de la trama, que se iba poniendo interesante a cada momento, si bien el final era más obvio que el de la película Avatar.

En definitiva, una comedia sencilla con algo de acción y grandes dosis de excesos y pequeñas muestras nostálgicas a modo de cameos. Verla en la gran pantalla es accesoria, al igual que el personaje de Jon Bass.

Hércules


Siguiendo con los clásicos Disney que empecé a ver hace bien poco (y os traje la película de Mulan), hoy toca otra película de la misma época. En concreto, Hércules se estrenó un año antes que la anteriormente citada.

Como anécdota personal, comentar que conocí antes la banda sonora que la película, ya que por aquella época los clásicos de Disney no me parecían adecuados, no así las canciones de Ricky Martin que tan de moda se pusieron gracias al Mundial de Francia de 1998.

He de admitir que la narrativa de esta película me gustó mucho. El primer acto se parecía más a un cuento que a un largometraje, gracias a que las musas hacían de presentadoras, comentando de un modo muy ameno la mitología griega. Por cierto, se me hace muy curioso que a pesar de ser parte de los mitos griegos, en realidad Hércules es su versión romana, ya que según la mitología griega su nombre debería ser Heracles.

Si bien los personajes cumplen con los estereotipos Disney (los buenos, los malos, historia de amor entrelazada, mascota de poco intelecto...), he de admitir que tienen bastante personalidad. Los que más me gustaron fueron Meg y Phil. La primera es, de lejos, la que tiene una personalidad más profunda y compleja. En cuanto a Phil, me quedo con la enseñanza que da de un modo indirecto: la importancia de la constancia y la perseverancia.

En cuanto a Hércules, el protagonista, la verdad es que hasta el final de la película no terminó de convencerme. Personalidad bastante plana que al final hace lo que debe y, por tanto, salva la situación. No obstante, y a pesar de lo obvio de su gesto en el desenlace final, es algo que se ha de valorar.

En definitiva, un argumento clásico de la Factoría Disney que, sin embargo, no quiso dibujar de manera fidedigna la mitología grecorromana.

La momia


Antes de comenzar la valoración de la película, quisiera exponer una queja: ¿Por qué Tom Cruise sigue haciendo películas? En serio, no lo soporto.

Dice una antigua leyenda que no ha habido largometraje con Tom Cruise como protagonista que me haya gustado en los últimos 20 años. Ha habido una única excepción: El último samurái. Pues bien, mi valoración de la película que hoy os vengo a comentar se podría resumir así de fácil: Si Cruise no hubiese sido el protagonista el largometraje tendría más calidad.

Argumentalmente no es mala la película. Me fascina la literatura inglesa que se entreteje en el argumento, pero me falla sobretodo un innecesario ingrediente argumental: yo hubiese obviado la accesoria historia de amor cuyo único propósito es alargar la saga convirtiéndola en una trilogía.

Las escenas de acción tampoco estarían mal diseñadas si no fuese porque Tom Cruise es el protagonista de casi todas esas escenas. El "actor" siempre se jacta de sus escenas son siempre reales y no son rodadas por dobles, no importa lo peligrosas que puedan llegar a ser (De hecho, para una película se colgó literalmente de un avión). Pero las cuatro escenas de puñetazos y peleas de bar que se nos presenta en el largometraje están claramente editadas. Entiendo que si se supone que uno o varios de los personajes dentro de la trifulca tienen fuerza sobrehumana salgan a la palestra los efectos especiales; pero si lo haces, al menos no tengas la desfachatez de decir que todo es real.

Desde más o menos la mitad del largometraje. la localización se centra en la capital inglesa: Londres. He aquí otro fallo. En el acto final de la película, los protagonistas salen corriendo del famoso Natural History Museum y, después de un par de giros, están a muy pocos metros del Big Ben. Todo normal para los que no han visitado la ciudad londinense nunca. Porque 40Km separan ambos puntos ya mencionados. Incluso en bicicleta se tardaría en llegar. Pero bueno, si por algo es conocido Tom Cruise es por sus carreras en casi toda su filmografia. Diría también que siempre meten una escena en moto, pero aquí no ha sido el caso.

En definitiva, una nueva saga de momias y monstruos se avecina, pero me quedo con la que protagonizó Brendan Fraser.

La promesa


Es de agradecer que, a la hora de crear películas con trasfondo bélico innoven un poco. Normalmente, casi siempre son relacionadas con la II Guerra Mundial, con el mundo Nazi y ese tipo de temáticas. La Promesa, en cambio, no. El contexto histórico es la Gran Guerra (I Guerra Mundial), y no se centra en ésta, sino en los sucesos que ocurrieron en el Imperio Otomano durante dicha época. Podría redactar una entrada entera acerca del contexto histórico, pero soy consciente de que éste no es un blog histórico, sino cinéfilo.

Esta película me ha recordado a las líneas generales del libro "La catedral del mar". No porque se parezcan argumentalmente, que no tienen nada de parecido, sino más bien por su peso argumental. Con esto quiero decir que, si coges cada uno de los diferentes actos de la película y los separas, verás que todos tienen mucha trama. Es increíble la densidad argumental que puedes meter en poco más de dos horas de metraje. Cosas como estas se agradecen, aunque no todo el público lo quiera.

El reparto es fabuloso. Caras conocidas del mundo cinematográfico se mezclan con actores consagrados del cine. No soy muy fan de mezclar tanta cara conocida, pero la verdad es que no todos se pueden calificar de "famosos", por lo que, a fin de cuentas, no estás viendo a personajes de otras sagas cinematográficas (aquí igual Christian Bale es el que peor me queda).

En definitiva, una gran película con un buen reparto, incluyendo una pequeña sorpresa en este ámbito durante el acto final de la película.