Mamá y Papá


Antes de comenzar esta entrada, quisiera agradecer a Cinesa por esa magnífica promoción gracias a la cual muchos espectadores pudimos ver esta película de un modo gratuito. Cierto es que fueron un poco zorros y nos la colaron de "preestreno" cuando es una película del año pasado.

Empezaré diciendo que estoy seguro que Brian Taylor, director y guinista de este largometraje es un gran fan de las películas de zombies, ya que estamos clarísimamente ante una película de pseudo-zombies, siendo la casualidad que aquí no hay muertos vivientes, sino un grupo de padres que tienen muy claro su objetivo: matar a sus descendientes.

Digo lo de la película de pseudo-zombies porque tiene todos sus ingredientes: excusa rara para que de pronto todos los padres se vuelvan unos homicidas bastante curiosos, pues únicamente quieren matar a sus hijos y no hacen nada malo al resto de criaturas; ataques y contraataques de ambos bandos durante los diferentes actos y un final bastante abierto donde puede ocurrir de todo.

La película está también aderezada de unos bonitos flashbacks que hacen saber a los espectadores cómo era esa familia antes de que el suceso comenzase. Lo bonito del asunto es que toda la película parece ser una oda a la disyuntiva que muchos padres se habrán planteado en su día: ¿mereció la pena dejar nuestras vidas atrás para convertirnos simplemente en un padre y una madre?

En cuanto a los actores y actrices, me quedo con Nicolas Cage. Hacía mucho que no le veía en la gran pantalla, y ha sido un reencuentro de lo más brutal. No recuerdo haberle visto en ese perfil de psicópata en mi vida, y eso que no es ni de lejos el primer psicópata al que da vida.

El argumento, por si no lo habéis deducido ya, flojea bastante. Si una película de zombies siempre flojea en este apartado, ¿cómo no lo iba a hacer una de pseudo-zombies? Más allá de que ciertos aspectos están cogidos con pinzas, la verdad es que más de un personaje parece ser indestructible, pues no importa cuántos ataques reciba, que se volverá a levantar. Y aquí la premisa de que es un zombie no me vale, pues todos los personajes están vivos.

Por último, decir que los actos de esta película sufren una ligera arritmia, puesto que los ritmos que se presentan son bastante irregulares, cosa que no funciona del todo bien y que a mí personalmente me sacó de la película en un par de ocasiones.

En definitiva, una película de humor negro del bueno en la que, si no fuese por su arritmia, podríamos estar hablando de un producto de calidad similar a un largometraje de zombies.

Balto: La leyenda del perro esquimal


La nostalgia se ha apoderado de mí mientras veía este largometraje. Para mí, esta es una de esas películas que marcan tu infancia y que hace muchos años que no ves. Realmente la recordaba de mayor duración, pero la verdad sea dicha es que creo que la he disfrutado mucho más de adulto que de niño.

Benditos años 90 en los que se respetaban las voces de doblaje. Si un famoso actor doblaba en una película de animación, se trataba que el actor de doblaje que ponía voz a dicho actor americano lo hiciese también (Sí, soy consciente que no me he expresado del todo bien). Hoy en día los perros de este largometraje no tendrían voces tan "adultas", cosa que devaluaría el valor de la película.

Como siempre digo, un  argumento basado en una historia real casi nunca defrauda. Personalmente, creo que esta fue la primera película que vi de este estilo (basada en historia real) y por eso le he guardado siempre especial cariño, pero hoy en día la sigo viendo con muy buenos ojos. Una historia de superación, auto-descubrimiento y tolerancia que a más de un adulto actual le convendría aplicarse.

La calidad de animación me parece también digna de mención. Aunque la sociedad actual ya se ha acostumbrado a la animación 3D, yo sigo disfrutando de estas películas animadas en 2D. Aunque claro, Balto se rodó en 1995 y por aquel entonces el 3D era casi ciencia ficción. La animación que Universal y Amblin nos traen con este largometraje tal vez (y solo tal vez) no esté a la altura de otras películas de la Factoría Disney, pero no creo tampoco que sea, ni mucho menos, una mala animación. Tiene carácter propio, y a mi modo de ver eso es algo que todas las películas necesitan para ser recordadas.

En definitiva, una película que me ha hecho volver a sonreír y recordar mi infancia cinéfila. ¿Cuál será la próxima película que me haga recordar esto? La espero con inpaciencia.

Saga cinematográfica de Harry Potter


Recientemente he podido ver de forma pausada la saga cinematográfica del niño mago casi al completo. Este año, al crear nuevos blogs "creando" esa familia palomitera que hoy en día tanto me gusta, decidí que el blog lector palomitero empezaría hablando de la saga literaria de Harry Potter. Y durante este parón veraniego, he decidido revisar la mayoría de estas películas.

Esta saga es un producto demasiado longevo. Con esto me refiero a que desde la primera de las películas hasta la última pasaron diez largos años. Esto tiene muchas implicaciones, pero quiero empezar con la que para mí es la más relevante de todas: la incoherencia visual.

La saga del niño mago entró en nuestras grandes pantallas gracias a la Warner Bros, quien apostó por Chris Columbus como el director de los largometrajes. Éste dirigió las dos primeras películas, que tienen un matiz visual muy propio y que desaparece al finalizar la segunda película.

Ya en la tercera parte, se apostó por Alfonso Cuarón, motivo por el cual ya empezamos a ver una película con un corte estético completamente diferente a las dos de las anteriores. Este hecho es que muchos de los fans de la saga (que no han leído los libros, sino que simplemente han visto las películas) maltraten el largometraje por salirse del mundo que se tenía preconcebido. El hecho de que repitan escenas como la del sauce durante el largometraje no ayuda, dicho sea de paso.

Para el cuarto largometraje llegó otro cambio de dirección, Mike Newell. Se ve que tampoco gustó demasiado ya para la quinta parte la Warner Bros se decantó por David Yates; director que sigue siendo hoy en día el encargado de dirigir todas las películas relacionadas con el mundo que J.K.Rowling creó.

Este vaivén de directores hizo que la saga no esté propiamente conjuntada. Ves la primera película y la quinta y lo único que tienen en común es la mayoría de los actores y que ambas están basadas en la misma saga literaria. No se parecen en nada más.

También hay vaivén entre los actores. Más allá de las decisiones por fuerza mayor, como la que sufrió el personaje de Albus Dumbledore; o por decisiones razonables que hicieron que en la última película Dudley no apareciese y que Crabbe fuese un actor diferente, la verdad es que pocos han sido los personajes realmente importantes que no se han mantenido a lo largo de la saga. Es por ello que este hecho me parece meramente anecdótico y no lo veo contraproducente para con el devenir de la saga cinematográfica.

Sin embargo, como espero que más de un lector se haya dado cuenta, esta saga tiene un gran olvidado: el profesor Binns. Todos los lectores de la saga sabrán que la clase más aburrida de todas era la de Historia de la Magia, impartida por el cintado profesor, dando la peculiaridad que además éste es un fantasma. Entiendo que su rol en la saga no deja de ser anecdótico, pues el único punto de importancia que tiene es durante la segunda película; pero se me hace curioso que en ninguna de las ocho películas apareciese. Lo mismo sucede con el poltergeist de la escuela, Peeves, que no aparece en ninguno de los largometrajes.

Por último decir que me encantaría ver en un futuro próximo una adapctación de Harry Potter al estilo Juego de Tronos. Es decir, a través de una serie de televisión con gran presupuesto.

En definitiva, la saga de fantasía juvenil literaria que compartió mi adolescencia con el Señor de los Anillos ha tenido una más que merecida saga cinematográfica, con los problemas que algo tan extenso conlleva.

El mejor verano de mi vida


Con el inicio del verano llegó una de las comedias españolas que con más ganas he esperado últimamente. No podemos olvidar que el cine español es muy dado a la comedia, pero hay algunas que, la verdad sea dicha, son bastante decepcionantes. Esta no, en cambio.

Como anillo al dedo. Así habrá pensado Leo Harlem que le venía esta película. Y de hecho, así es. La verdad es que Leo es un cómico que me gusta mucho pero que hasta día de hoy no le había visto realmente bien como actor en un largometraje. pero la verdad es que parece que Leo ha nacido para interpretar este papel. Es más, hasta creía que Leo era parte del grupo de guionistas de la película, puesto que parece que él mismo se ha escrito sus diálogos.

El esquema del largometraje sigue los cánones clásicos, puesto que en cada acto nos encontramos con una problemática completamente diferente que se presenta de un modo claro y al que se le da solución en el mismo acto, sin que llegue a haber acumulación argumental en el acto final.

Sinceramente no puedo decir que el argumento sea de calidad, puesto que no lo es. Muy predecible, como la mayoría de comedias. Pocos o nulos giros argumentales y personajes secundarios muy planos hacen que la evolución del personaje interpretado por Leo sea del modo que debe de ser para que la película acabe como el público lo quiere.

En definitiva, una película para toda la familia que todos deberíais ir a ver al cine. Al menos si os gusta reíros, claro está.