Balto: La leyenda del perro esquimal


La nostalgia se ha apoderado de mí mientras veía este largometraje. Para mí, esta es una de esas películas que marcan tu infancia y que hace muchos años que no ves. Realmente la recordaba de mayor duración, pero la verdad sea dicha es que creo que la he disfrutado mucho más de adulto que de niño.

Benditos años 90 en los que se respetaban las voces de doblaje. Si un famoso actor doblaba en una película de animación, se trataba que el actor de doblaje que ponía voz a dicho actor americano lo hiciese también (Sí, soy consciente que no me he expresado del todo bien). Hoy en día los perros de este largometraje no tendrían voces tan "adultas", cosa que devaluaría el valor de la película.

Como siempre digo, un  argumento basado en una historia real casi nunca defrauda. Personalmente, creo que esta fue la primera película que vi de este estilo (basada en historia real) y por eso le he guardado siempre especial cariño, pero hoy en día la sigo viendo con muy buenos ojos. Una historia de superación, auto-descubrimiento y tolerancia que a más de un adulto actual le convendría aplicarse.

La calidad de animación me parece también digna de mención. Aunque la sociedad actual ya se ha acostumbrado a la animación 3D, yo sigo disfrutando de estas películas animadas en 2D. Aunque claro, Balto se rodó en 1995 y por aquel entonces el 3D era casi ciencia ficción. La animación que Universal y Amblin nos traen con este largometraje tal vez (y solo tal vez) no esté a la altura de otras películas de la Factoría Disney, pero no creo tampoco que sea, ni mucho menos, una mala animación. Tiene carácter propio, y a mi modo de ver eso es algo que todas las películas necesitan para ser recordadas.

En definitiva, una película que me ha hecho volver a sonreír y recordar mi infancia cinéfila. ¿Cuál será la próxima película que me haga recordar esto? La espero con inpaciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario