Cuando vi por primera vez el tráiler de este largometraje, me esperaba un blockbuster más de los muchos que se producen al año. Afortunadamente, no vi muchos tráilers y no vi la información más importante. El director.
Guy Ritchie es un grandísimo director y, tan rápido como vi su nombre en los créditos iniciales supe que mis prejuicios para con esta película se habían quedado en polvo y cenizas. Guy no suele defraudar.
Una escena introductiva preciosa en la que se cuentan y se esconden muchos detalles y da que pensar al espectador en más o menos por donde van a ir el argumento. Tras ésta, viene la película.
Con un gran sentido del humor muy parecido a otra de las películas de Guy Ritchie, Operación U.N.C.L.E., esta película de la leyenda del Rey Arturo y la espada de Excalibur se aleja mucho de lo convencional. Prefiere centrarse en un mundo de fantasía, magia y hechicería. Una muy buena decisión si uno quiere destacar de entre las innumerables películas que ha habido y habrá en torno a Arturo y todo lo relacionado a él (Camelot, los caballeros de la Mesa Redonda, Excalibur, Merlín, ...)
Un argumento muy del estilo de las películas de Guy Ritchie que atrapa al espectador incluso a la hora de contar la anécdota más estúpida, ya que te la envulve de flashbacks, interrupciones y otros detalles que captan la atención.
Un reparto realmente impresionante que incluye también un famoso cameo, como ya ocurriera en la última película que comenté: Valerian: La ciudad de los mil planetas. En este caso tenemos a David Beckam, uno de los mejores futbolistas británicos de todos los tiempos y nombrado caballero británico (Sir) en 2003. Obviamente, una persona más que aceptable para un pequeño cameo de una de las leyendas británicas más famosas.
En definitiva, quise ir a ver una película a pesar de que la estética que se le había dado a Arturo no me gustaba y me encontré con una gran obra de Guy Ritchie.
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