Comedia sacada directamente de la factoría italiana de Mediaset. Una comedia sencilla que sabe jugar con los tópicos más famosos de los italianos. Es la versión italiana de Ocho apellidos vascos.
Una cosa que me llama mucha la atención es el punto de vista sagrado que se le ha dado al funcionariado. Es también la excusa principal del largometraje para presentar el problema argumental principal. Diferentes aspectos de este hecho se van sucediendo acto tras acto, hasta llegar a un previsible desenlace que, no obstante, sorprende en diferentes aspectos.
La narrativa de la película realmente se ha de tener en cuenta por el hecho de que casi todo es un flashback hasta llegar a cierto punto, en el que vuelve al presente y llega a su destino final. Viendo este aspecto, se podría decir que se asemeja (aunque muy lejanamente) a una de mis obras cinematográficas favoritas: Atrápame si puedes.
El argumento, del mismo modo que lo era Ocho apellidos vascos, es muy simple. Es más, tiene los mismos giros argumentales: ninguno. Es una película que va del punto A al punto B sin que haya posibilidades de escapatoria. Personalmente admiro las películas que se enredan y te marean mientras te llevan a donde te tienen que llevar.
En definitiva, una película sin mayores sorpresas que busca la risa contínua gracias a los tópicos italianos. Estoy convencido de que el público italiano se habrá reído mucho más que yo, pero eso no me quita el que pasé un buen rato.
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