Guía del autoestopista galáctico


Finalmente la comento. Muchos que me conozcáis sabéis lo pesado que soy a veces con un par de gags de este largometraje, y si esque de algo trata esta película, es de gags.

Argumentalmente hablando no es, ni de lejos, la mejor película que se puede ver. Es más, se ha de tener en cuenta que aunque la película sea estadounidense, no lo es el libro en el que se basa, que es inglés. Y si por algo son conocidos los ingleses (aparte de por conducir por el lado contrario al que conduce más de medio mundo) es por su peculiar sentido del humor.

El humor inglés a mí me suele gustar bastante por lo absurdo y carente de lógica que tiene. Algo similar a la línea argumental del largometraje. Una sucesión de hechos la mar de locos para terminar casi en la casilla de salida, pero con un gran cambio que es, a fin de cuentas, el motivo del largometraje.

Los personajes hacen una grandísima interpretación. Mención especial para Sam Rockwell que interpreta dos papeles en una misma actuación. Aunque, de destacar a un personaje, estoy convencido de que destacaría a Marvin, el robot depresivo. Nunca había visto a una IA con ese tipo de personalidad. Ni siquiera C3PO era tan exagerado.

No obstante, visto en perspectiva, se podría decir que este largometraje es vital para nuestra existencia, ya que es capaz de plasmar la respuesta a la vida, al universo, a todo: 42. Si queréis saber el significado de ésto, ved la película.

En definitiva, una película que, si bien no será la mejor del mundo, me encanta por algunos de sus gags.

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