La ciudad de las estrellas: La La Land

Finalmente fui a ver la película con más nominaciones a los premios de la Academia 2017 y, por ende, gran favorita de la noche. Después de verla he de reconocer que me he quedado bastante frío, lo que confirma mi poco nivel cinematográfico, ya que por lo visto la crítica adora la película.

Sabido es por todos que es un musical, pero en el primero de los actos se han excedido. Casi la mitad de él ha sido algo así como un videoclip musical sin trama alguna. Entiendo que es un musical, pero el director parece haber olvidado que también es una película y por tanto ha de tener argumento.

Hablando de actos, la película los ha separado de manera artificial y con títulos bastante sugerentes para desgranar el argumento. Separar los actos artificialmente no es buena idea, y hasta el día de hoy únicamente dos directores lo han sabido hacer apropiadamente según mi criterio: Quentin Tarantino y Wes Anderson.

Argumentalmente hablando, es una película muy buena. Un romance de gran calidad y complejidad con final muy apropiado. No tendría nada que objetar si no fuese, una vez más, por la separación artificial de actos. Gracias a los títulos de dichos actos, era obvio todo el argumento desde el mismo inicio del segundo acto. Muchas gracias, Damien Chazelle.

Una de las curiosidades del largometraje es que la misma proyección te concede un final alternativo. Cada espectador opinará cual de los dos es el mejor; yo me decanto por el real antes que el imaginario.

Por último, quisiera centrarme en la actuación de los dos personajes protagonistas: Emma Stone y Ryan Gosling. Mientras que la primera me ha asombrado por su gran capacidad expresiva de su cara, el segundo me ha dejado bastante frío. Ahora bien, una de las cosas que más me ha gustado de sus personajes ha sido el intercambio de roles que tanto me gusta llamar "sanchificación de Quijote y quijotización de Sancho". Aunque los objetivos de los personajes no cambia, sí que lo hace su psicología. Durante la película intercambian la forma de ver y afrontar la vida hasta llegado cierto punto.

En definitiva: un gran argumento con un ritmo musical realmente bueno pero con un gran par de fallos: el excesivo uso musical al principio y el cambio artificial de actos con títulos incorporados.